La iluminación LED ha supuesto toda una revolución en muchos sectores gracias a su capacidad de generar con una minima cantidad de calor la máxima cantidad de iluminación posible. Es lo que se conoce como “luz fría”. Y su aplicación es muy diversa ya que puede utilizarse en la iluminación de interiores y exteriores, así como en objetos (desde cocinas hasta carteles publicitarios pasando por pantallas de televisión o señales luminosas, como los semáforos).

Pero, ¿en qué aspectos resulta fundamental el cambio de la iluminación tradicional por el uso de la tecnología LED?

• Protege el medio ambiente. Reduce las emisiones de CO2 y, en algunos casos, las bombillas son reciclables
• No necesita mantenimiento. Es decir, las bombillas LED tienen una vida útil de por lo menos 15 años, aunque hay modelos que pueden durar entre 20 y 25 años.
• La iluminación LED no genera calor: Esto la hace mucho más segura para ser utilizada en nuestros hogares.
• Consume menos energía. Consume hasta un 85% menos de las bombillas tradicionales.
• Una inversión con un importante retorno económico. Si, aunque dotar a nuestros hogares o nuestro espacio de trabajo con iluminación LED supone un importante desembolso, desde el primer momento de su eso comienza el ahorro en la factura eléctrica.

La iluminación LED supone una gran ventaja en el uso público, especialmente en lo que se refiere a monumentos y fachadas de edificios emblemáticos. Este tipo de construcción requieren una iluminación económica y con potencia suficiente para resaltar los colores. Además, deben ser resistentes a los ciclos de apagado y encendido constante, sin perder su eficacia y es algo que sólo lo proporcional fielmente la tecnología LED.

Fuente: Inarquia / El Dia.es

Imagen: Twenergy